PROYECTO PARA TRABAJAR LA INTELIGENCIA ESPIRITUAL
Para centrar bien las bases y los criterios de un trabajo en la IES en la catequesis debemos empezar por definir lo que es la catequesis, y si esta definición encaja en nuestro planteamiento. André Fossion, un gran catequeta de nuestro tiempo, responde de esta manera: «la catequesis es una actividad dialogada, organizada pedagógicamente, que tiene como fin ayudar a las personas y a las comunidades a integrar la fe y a vivirla en sus diferentes dimensiones. Por eso, la catequesis está al servicio de la fe, de su despertar, de su maduración o de su profundización. No tiene el poder de transmitir la fe, pero su papel es el de procurar que todas las condiciones —cognoscitivas, racionales, comunitarias, ambientales, etc.— hagan posible, comprensible y deseable.»
Proyecto de Iniciación a la Inteligencia Espiritual
Para centrar bien las bases y los criterios de un trabajo en la IES en la educación debemos empezar por definir lo que es la educación, y si esta definición encaja en nuestro planteamiento. André Fossion, un gran catequeta de nuestro tiempo, responde de esta manera: «la educación es una actividad dialogada, organizada pedagógicamente, que tiene como fin ayudar a las personas y a las comunidades a integrar la fe y a vivirla en sus diferentes dimensiones. Por eso, la educación está al servicio de la fe, de su despertar, de su maduración o de su profundización. No tiene el poder de transmitir la fe, pero su papel es el de procurar que todas las condiciones —cognoscitivas, racionales, comunitarias, ambientales, etc.— hagan posible, comprensible y deseable[1].»
En ese sentido, se asume que la educación no transmite la fe como si de magia se tratase, sino más bien que la educación está al servicio de la fe. Por tanto, la fe no es una adhesión a una doctrina, ni la apuesta por una filosofía de vida, ni la adscripción a un sistema filosófico. La fe es una relación íntima, personal e intransferible con el Misterio profundo que anima y sostiene a todos los seres. Creer es apostar, en nuestro caso adherirse a Cristo y ponerse en sus manos. La fe no será nunca una deducción racional, ni el resultado de una argumentación lógica.
«No creo que la fe sea fácil. Sé que es oscura. Sé, que veo la mayor parte de mis contemporáneos —y los más ilustres— no participan. Y esto es un dolor constante, aunque no una razón para dudar, como mínimo para mí[2].»
Necesitaremos pues de unas mediaciones humanas para conseguir despertar la fe, ayudar a su maduración y a su profundización. Para ello la Iglesia Católica tiene sus intervenciones en la vida de las personas para trabajarlas: A estas mediaciones se les llama procesos de Iniciación Cristiana.
Etapas de la educación de la Inteligencia Espiritual
Este proceso de Iniciación a la Inteligencia Espiritual está compuesto de unas etapas. Estas etapas se centran en el proceso evolutivo del niño o adolescente. Y están compuestas de unas bases, objetivos, criterios y métodos.
Como imagen gráfica usamos el ejemplo de las matriuscas de las Escuelas Católicas[1]. En el proceso de crecimiento en estas etapas la posterior incluye todos los elementos de la anterior, es decir, son etapas que suman, y el orden de los factores no altera el producto: se puede empezar una etapa sin haber terminado la anterior.
El objetivo de este proyecto de Iniciación a la Inteligencia Espiritual es ayudar a fomentar la capacidad espiritual en los niños antes de que se empiece el proceso iniciático a la religión cristiana católica.
El punto de partida del proyecto empieza con una persona en «tabula rasa», es decir, con la IES dormida o no despierta, y el punto de llegada es la madurez en la IES Cristiana.
Las etapas del proceso de IES son las siguiente:
- La primera etapa una educación en la espiritualidad
- La segunda etapa una educación en la trascendencia
- La tercera etapa una educación en la religiosidad
- La cuarta etapa una educación en la religión cristiana
Algunas consideraciones sobre las etapas
En primer lugar estas etapas forman parte de un conjunto global que es la IES, por ese motivo es posible que algunos de los elementos, objetivos y métodos se entremezclen entre ellos. Lo importante es provocar la reflexión de lo que se considera el proceso evolutivo. Los datos que se indican a continuación nos sirven para sentar las bases y nos recuerdan los aspectos que deben trabajarse en la educación de la IES. La clave para acertar en el intento educativo consiste en contar con el desarrollo evolutivo de cada persona y aplicarlo según convenga.
Muchos son los aspectos relacionados con la IES que podemos trabajar en la vida familiar, en la escuela, en la catequesis y en el ámbito social. En este apartado se propone iniciar a la persona, o en este caso al niño, en una determinada comunidad de fe, la cristiana. Esto hará que nuestro lenguaje sea el cristiano y que los métodos o vías para el trabajo sean muy manipulados en ese sentido. Estamos trabajando en la catequesis, y en un proceso de educación en la IES cristiana para que resulte mucho más efectiva la Iniciación Cristiana. Estas bases metodológicas no pretenden ser un todo en ellas mismas, más bien intentan ser un inicio de introspección que ayuden a la creación de unidades didácticas para trabajar concretamente con los niños, adolescentes y jóvenes.
[1] A. FOSSION, La competencia catequética. Perspectivas para la formación, en H. DERROITTE, DANIELLE PALMYRE (Dirs.) «Los nuevos catequistas» Ed. CCS, Madrid, 2010, 15
[2] J. GUITTON, Lo que yo creo, Belacqua, Barcelona, 2004, 145
[3] ESCUELAS CATÓLICAS DE MADRID, ob. cit., 13